Las clases en las escuelas de Tepic, Nayarit terminan ciclo escolar, sin importar que el calendario de la SEP marque como obligatorios 200 días de hábiles. Motivo, la violencia en la capital del Estado.
Si uno hace recuento en los últimos meses las noticias sobre muertos a causa del narcotráfico (de lo más común hoy en día en los periódicos que deberían considerar ponerle su propia sección) ya sea enfrentamientos entre sicarios o con elementos de seguridad del estado habían prescindido de mencionar en exceso la situación en Tepic. Entonces de repente salta a la vista que sin ser tan mencionados como el caso de Tampico, Tamaulipas, Michoacán, etc. Se tomen medidas tan drásticas producto del miedo en la sociedad ante la incapacidad de garantizar la seguridad del alumnado, por parte de las autoridades pertinentes.
La realidad siempre supera a la ficción o en este caso a los periódicos, pues lo que muchos ignoran es que el periódico Meridiano de Tepic, uno de los de mayor tiraje es propiedad del Gobernado del Estado, Ney González. Quien no conforme con obtener publicidad gratis, prohibió estrictamente las noticias referentes a las balaceras ocurridas a lo largo y ancho del estado, pero muy en especial de las acaecidas de la capital. Prohibición que se extendió a otros periódicos de tipo local.
Por supuesto es imposible tapar el sol con un dedo y dice mi abuela que entre el cielo y la tierra no hay nada que se esconda. Pero en este caso mi reclamo es contra todos esos seudoperiodistas que han acatado la orden, que por el miedo han permitido que la sociedad ignore la tragedia que se vive día a día en el estado. Con callarse la boca no ayudan en nada, solo solapan los tratos claramente oscuros por parte del gobierno de Estado y sus intereses íntimamente ligados a el hampa. Editores, reporteros, incluso correctores de estilo ayudan claramente a que se cometan más crímenes pues crean una cortina de humo, una mampara de desinformación, incluso se podría decir dan el tiro de gracia moral a todas esas victimas civiles inocentes cuyo único crimen fue estar en el lugar y momentos menos favorecedores a su salud e integridad física.
Las balas sin dudas matan, pero la desinformación también.
Y aun as? sigue girando
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